Los(as) futuros(as) profesores(as) realizaron actividades relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad con los niños y las niñas que pertenecen a las diferentes escuelas rurales.
Durante el mes de mayo 20 estudiantes de Pedagogía General Básica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), Sede Villarrica, visitaron a los proyectos educativos de la Fundación Cultural Papageno, para realizar actividades relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad con los niños y las niñas que pertenecen a las diferentes escuelas rurales.
Las rutas que conocieron los(as) futuros(as) profesores(as), fueron las siguientes: Lanco-Panguipulli, Rukapillán, Pedregoso-Pata de Gallo, Cunco-Melipeuco, Coñaripe-Liquiñe y Doremi.
“Las visitas de los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica responden a un convenio que firmamos el año pasado con la institución educativa. Parte de nuestros compromisos en este convenio es facilitar el acceso de los estudiantes de la universidad a los proyectos de la Fundación Papageno. Trabajamos con Alfonso Cáceres, quien designa a los estudiantes a través de su asignatura, para que estos visiten y hagan las actividades con nuestros papagenitos”, comentó Roberto Castillo, Coordinador Técnico-Pedagógico de la fundación.
Katalina Concha, Valentina Cornejo y Katherine Escobar, estudiantes de cuarto año de Pedagogía General Básica en la PUC, visitaron a las escuelas Antilhue, Aylin y Rucaklen de la Ruta Lanco-Panguipulli, junto a Sabina Troncoso, profesora de la fundación.
“Nuestras actividades estaban enfocadas en las necesidades de los diferentes establecimientos. Hicimos una visita de observación, donde evaluamos la misión, visión y los sellos de cada escuela, para poder planificar las actividades. Pese a que todas son escuelas rurales, tienen visiones muy distintas”, mencionó Katherine Escobar.
Katherine siguió comentando que “nuestra primera actividad fue pensada para fomentar el mapuzungún, considerando el sello de interculturalidad de la escuela. En la segunda actividad, quisimos traer árboles nativos para fomentar en los niños y las niñas la importancia de cuidar el medio ambiente. Mientras que, en la tercera escuela, nos enfocamos en la importancia de cuidar a los lugares donde habitan los animales”.
Por su parte, Katalina Concha, sostuvo que “esta experiencia significó un cambio de paradigma, estamos acostumbradas a trabajar en colegios urbanos, donde los cursos son muy numerosos. En las escuelas rurales los cursos son multigrados, trabajamos con menos niños y hay mayores necesidades. Esto me permitió ampliar aún más mis horizontes y conocer una forma de educar que me interesa mucho”.